Un recorrido por las 4 Profecías de la Capilla de la Crucifixión del Santo Sepulcro: Daniel 9,26; Isaías 53,7-9; Salmo 22; y Zacarías 12,10

Feb 21, 2025

Si entramos en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén y giramos a la derecha, subiremos por una escalera empinada hasta el Calvario, donde tuvo lugar la crucifixión. Allí encontramos una capilla católica a la derecha y si miramos al techo descubrimos un mosaico donde están dibujadas 4 profecías que nos hablan acerca de la Pasión del Mesías: Daniel 9,26; Isaías 53,7-9; Salmo 22; y Zacarías 12,10. Aún ahora resulta emocionante releer esos textos y meditarlos mirando el lugar donde, según la tradición, se elevó la Cruz de nuestro redentor. Por eso vamos a hacer un breve recorrido a través de ellas.

Capilla del Santa Sepulcro, Jerusalén

Capilla del Santa Sepulcro, Jerusalén

La profecía de Daniel 9,26, escrita en el siglo II a.C., predice el momento exacto en que se desarrollarían los eventos relacionados con el Mesías. Este pasaje señala que después de sesenta y dos semanas, el Mesías sería asesinado. Se interpreta que este período de tiempo coincide con la aparición de Jesucristo, cuya crucifixión cumple esta profecía. La destrucción posterior de la ciudad y el templo se relaciona con la caída de Jerusalén en el año 70 d.C., un evento que algunos interpretan como simbólico del fin del sistema de sacrificios judío, sustituido por el sacrificio de Cristo.

Isaías 53,7-9 describe el sufrimiento del Mesías de manera vívida, destacando su entrega voluntaria y su sufrimiento sin resistencia. Este pasaje se cumple en Jesucristo, quien durante su juicio y crucifixión no ofreció resistencia, aceptando el sufrimiento en silencio. El pasaje también enfatiza la inocencia y la ausencia de engaño en el Mesías, cualidades que se atribuyen a Jesucristo, quien vivió sin pecado y fue declarado inocente por Pilato.

Entrada a la Iglesia del Santo Sepulcro, Jerusalén

Entrada a la Iglesia del Santo Sepulcro, Jerusalén

Finalmente, la profecía de Zacarías 12,10 anuncia el derramamiento del Espíritu Santo, el reconocimiento del Mesías traspasado y el lamento sobre él. Este pasaje se interpreta en términos mesiánicos, relacionándolo con la crucifixión de Jesucristo y el arrepentimiento posterior de aquellos que lo hirieron. También se hace referencia al sufrimiento de María, la madre de Jesús, quien estuvo presente durante la crucifixión.

En conjunto, estas profecías bíblicas ofrecen una visión profunda y conmovedora de los eventos que rodearon la crucifixión de Jesucristo. La experiencia de meditar en estas profecías mientras se contempla el lugar físico de la crucifixión proporciona una conexión tangible con la historia y la fe cristiana.

Por don Rafael Sanz Carrera, sacerdote

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