Saxum está construido en los alrededores del pueblo árabe de Abu Ghosh, situado a unos 12 kilómetros de Jerusalén.
A lo largo de la historia, el pueblo de Abu Ghosh llevó varios nombres. El libro de Josué recuerda su nombre cananeo -Kiriat Baal- transformado en Kiriat Ye’arim por los israelitas (cfr. Jos 15:60; 18:14). En Kiriat Ye’arim, permaneció el Arca de la Alianza veinte años en la casa de Abinadab, hasta que David se la llevó a Jerusalén (2 Sam 6). Los musulmanes, a partir del siglo VII, la llamaron Qariyat al-‘Inab. Más adelante, después del siglo XVII o XVIII, fue cuando tomó el nombre de una tribu – algunos dicen árabe, otros dicen originarios del Cáucaso – los “Abu Ghosh” que, según cuentan, se asentaron cerca de la carretera de Jerusalén para extorsionar a los viajeros. Chateaubriand los menciona en su Itinerario de París a Jerusalén, en 1806. En esta época, se pensaba que era la ciudad del profeta Jeremías.
“La tribu más poderosa de las montañas de Judea reside en la aldea de Jeremías [Abu Ghosh], y permite o no según le place, llegar a Jerusalén a los peregrinos. El scheik o jeque de esta tribu hacía poco tiempo que había muerto, dejando por tutor de su hijo Utman, a su tío Abu-Ghosh, el cual tenía dos hermanos, llamados Djiaber e Ibrahim-Habd-el-Rouman, que fueron los que me acompañaron a mi vuelta.” (Itinerario (ed. D. F. de Mellado, Madrid, 1850, Vol. III, p. 376)

Mapa de la zona al oeste de Jerusalén en los años 1870. Palestine Exploration Fund.

Durante el periodo de ocupación franca (1099-1187), los peregrinos le llamaban Castellum Emmaus, pensando que se trataba del pueblo al que Cleofás y su compañero se dirigían, como nos cuenta san Lucas, en el último capítulo de su evangelio (Lucas 24:13).
“Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea que distaba de Jerusalén sesenta estadios, llamada Emaús.”
Sabemos que un estadio corresponde aproximadamente a 200 metros. 60 estadios equivalen a unos 12 kilómetros. Sabemos también que en otros manuscritos aparece la distancia de 160 estadios. Es sobre esta última que se basaron los primeros cristianos para construir la iglesia de la “Fracción del Pan” en Emaús Nicópolis, a unos 30 kilómetros de Jerusalén. Cuando los cruzados llegaron a Jerusalén, quedó abandonada la iglesia de Emaús Nicópolis. Aunque algunos peregrinos -sobre todo los orientales- seguían parándose allá para hacer memoria del episodio evangélico, y también los Templarios reconstruyeron la iglesia bizantina, el Emaús del Evangelio acabó trasladándose más cerca de Jerusalén, en las colinas de Judea, en el pueblo de Qaryat al-‘Inab, situado a una distancia que correspondía con la lección más comúnmente aceptada de Lucas 24:13, la que sitúa Emaús a 60 estadios (12 km) de Jerusalén.

Fachada norte de la iglesia cruzada de Abu Ghosh. Abadía de Abu Ghosh.

La fuente en la cripta. Abadía de Abu Ghosh.
A mediados del siglo XII, los caballeros Hospitalarios de San Juan, edificaron una iglesia de tres naves sobre una fuente antigua y la dedicaron a la Resurrección del Señor. En la nave superior, todavía se pueden admirar las pinturas murales realizadas en los años 1160. En el ábside central, los artistas representaron la resurrección del Señor según cánones muy bizantinos: Jesús rescatando a Adán de los infiernos.

Pinturas murales en la iglesia superior. La Dormición y Asunción de la Virgen (muro norte).

Jesús bajando a los infiernos para redimir las almas de los justos (ábside central). Abadía de Abu Ghosh.
Debajo de la nave, la cripta tiene en su centro la antigua fuente. Parece que esta fuente había cobrado importancia para los peregrinos. Por esto, fue preservada por los arquitectos cruzados. Sozomeno, un escritor del siglo V, parafraseando el pasaje del evangelio de Lucas, afirma que, al llegar a la fuente del Emaús, mientras se refrescaban Cleofás y su compañero, Jesús hizo ademán de seguir adelante, pero cedió delante del forcejeo amable de sus dos discípulos y se quedó con ellos para la cena. Estando con ellos en la mesa, Jesús “tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su presencia.” (Lc 24:30b-31a)
Todo parecía favorecer una identificación de Qaryat al-‘Inab/Abu Ghosh/Castellum Emmaus con el Emaús del Evangelio: su distancia de Jerusalén, su ubicación en la carretera principal y la presencia de esta fuente en el recinto de un albergue antiguo.
Por Henri Gourinard