Uno se pregunta por qué la vestimenta de Juan el Bautista le interesaría tanto a Mateo como para tomarse el tiempo de describirla. “Este Juan llevaba un vestido de pelos de camello, con un cinturón de cuero alrededor de sus lomos; su alimento eran saltamontes y miel silvestre” (Mt. 3:4).
Volviendo al relato histórico de 2 Reyes, Ocozías, rey de Samaria, cayó enfermo y pidió a sus mensajeros que consultaran a un profeta pagano (Baal) para saber si se recuperaría. El ángel de Dios le dijo a Elías que se encontrara con estos mensajeros en el camino. Elías envió un mensaje al rey diciéndole que moriría. Al regresar el mensajero, el rey les preguntó: “Y él les dijo: ‘¿Qué aspecto tenía aquel hombre que se os encontró y os habló estas palabras?’ Respondieron: ‘Era un hombre vestido de pelo y con un cinturón de cuero alrededor de sus lomos.’ Entonces dijo: “Es Elías el tesbita” (2 Re. 1:7-8).
Malaquías, el último profeta del Antiguo Testamento (siglo V a.C.), había dicho: “He aquí, yo os envío al profeta Elías antes de que venga el día grande y terrible del Señor” (Mal. 4:5). Entonces, la vestimenta de Juan como Elías significa para todo Israel que el esperado tiempo mesiánico de Malaquías había llegado. Lucas nos cuenta acerca del Bautista: ” Irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías para convertir los corazones de los padres a los hijos y a los rebeldes a la prudencia de los justos, preparando al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lk. 1:17).
Mateo está vinculando al Bautista con el profeta Elías al escribir sobre la vestimenta de Juan, porque Elías también llevaba la misma vestimenta. Mateo describe la vestimenta de Juan, el Bautista, para decirnos que debemos ver a Elías en el Bautista. Mateo registra esta confirmación en palabras de Jesús mismo: “De cierto os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan, el Bautista (…) Pues todos los Profetas y la Ley profetizaron hasta Juan, y si queréis aceptarlo, él es Elías, el que ha de venir” (Mt. 11:11-14).
Por Maryann Cenzón