María en el Corán
En el Corán se menciona de modo positivo a varias figuras femeninas, incluyendo las mujeres del profeta Mahoma, pero la única mujer mencionada por su propio nombre es María, la madre de Jesús. Como escribe un estudioso musulmán, “la Virgen María es la única mujer que estuvo expuesta a la revelación de Allah y que, según está documentado en el Corán, habló al ángel Gabriel. Con estas cualidades, es considerada como una mujer muy especial en el Islam. […] Para las mujeres musulmanas, ella es un modelo a seguir” (A. Koçin, “Virgin Mary’s Importance in Islam and its Reflection on Classical Turkish Literature and Turkish Language”. Journal of History Culture and Art Research 6, 2017: 283).
María es mencionada un total de 70 veces en los 114 capítulos o suras del Corán, y su figura es tratada extensivamente en dos suras. La sura 3, titulada “la familia de Imran”, padre de la Virgen, trata de su familia y menciona su concepción virginal de Jesús como un milagro de Allah. La sura 19, titulada “Maryam” o María, narra la historia de la concepción de la Virgen y su infancia sirviendo en el templo, y profundiza en la concepción virginal de Jesús y en los sucesos que le siguen. María es mencionada frecuentemente junto a Jesús, quien es llamado por su nombre o por su título de Mesías seguido del calificativo “hijo de María”.
¿Una representación islámica de María en Tierra Santa?
Hace unos días tuve la fortuna de visitar la cúpula de la Roca o cúpula dorada en Jerusalén, el tercer lugar santo más importante del Islam después de La Meca y Medina. Señalando la hermosa representación de una palmera en el antiguo mosaico que reviste la arcada octogonal exterior del edificio, el guía musulmán que nos acompañaba nos explicó que se trata, nada menos, que de un símbolo de la Virgen María. En la tradición islámica derivada del Corán, la Virgen habría dado a luz a Jesús debajo de una palmera, que milagrosamente la habría alimentado con sus frutos. De hecho, antiguos escritores musulmanes mencionan la palmera de Belén y la devoción de los peregrinos hacia ella. Aunque de momento la entrada al interior de la cúpula dorada está restringida para los no musulmanes, al peregrino cristiano le gustará conocer que dentro de un lugar tan representativo del Islam haya un rastro tan claro de la veneración a la Virgen María.
El papel de la Virgen en la historia de Mohammed El-Attaz
La historia de Mohammed El-Attaz, príncipe musulmán de la ciudad marroquina de Fez convertido a la fe católica en el siglo XVII, ilustra la importancia de esta devoción a la Virgen. Al narrar su trayectoria, con su llamada a la Compañía de Jesús, Baltasar Loyola Mandes, nombre adoptado por el príncipe tras su conversión, menciona frecuentes apariciones de la Virgen. En una de ellas, la Virgen se le habría aparecido cuando lavaba vajillas en el noviciado Jesuita y, riendo, habría animado a aquel que había vivido como príncipe en el pasado con las siguientes palabras: “lava Baltasar, lava, porque yo solía lavar los platos cuando estaba en este mundo y Jesús me ayudaba” (E. Colombo, “Muslim Turned Jesuit: Baldassarre Loyola Mandes (1631–1667)”, Journal of Early Modern History 17, 2013: 488).
Por Irene Yung Park