Se acerca la Navidad y reviviremos el nacimiento de Jesús. Al volver la mirada a los relatos de san Mateo y san Lucas, hay una cuestión puntual que resulta difícil de comprender: ¿Por qué las genealogías de Jesús que ambos evangelistas transmiten no coinciden? En el pasado, leí varias explicaciones, pero ninguna me cuadraba del todo. Sin embargo, este año encontré una que me convenció, y es la que propone un rabino francés de la primera mitad del siglo XIX, que se bautizó como católico después de una profunda conversión intelectual: Paul Drach. Él concluye que la genealogía del evangelio de Mateo es la de José, mientras que la del evangelio de Lucas es de la Virgen. Eso cuadra con que san Mateo escribe desde el punto de vista de José (es quien describe sus sueños), mientras que san Lucas nos da el de la Virgen (dos veces dice que conservaba esas cosas en su corazón). Pero él lo razona de otro modo.
San Mateo dice: “Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos…” Después de continuar así, termina la cadena: “…y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”. En esta serie de arriba abajo, cada eslabón va enlazado por “engendró” referido al siguiente nombre mencionado.
San Lucas, en cambio, va de abajo arriba, empezando así: “Jesús, al empezar, tenía unos treinta años, y se pensaba que era hijo de José, de Helí, de Matat, de Leví…”, hasta acabar en “…de Adán, de Dios”. Drach destaca que, cuando se empleaba esta fórmula en ámbito hebreo, no se quería decir que cada uno fuera hijo del inmediatamente anterior, sino que lo importante es que el personaje del que se da la genealogía es hijo de cada uno de los nombrados, como cuando se le llama “hijo de David”. Por eso, él entendía que José no era Hijo de Helí, sino que Jesús era hijo de ambos, y que Helí sería por parte materna, es decir, el padre de María. En otras palabras, se trataría de la genealogía de Jesús a través de su madre, pero por mantener formalmente la línea masculina, se menciona a José con una introducción (“se pensaba”) que da la clave para entender que lo que continúa no es su genealogía, sino la de Jesús a través del padre de la Virgen. Esta solución mantiene el nombre que Mateo da al padre de José, Jacob, mientras que Helí sería su padre político o suegro.
Tradicionalmente el nombre de la Virgen se considera Joaquín y no Helí, pero esto tiene varias soluciones. Por un lado, el nombre Joaquín (Joiakim) no está en los evangelios, aparece sólo en un libro apócrifo, y, por otro lado, era común que algunas personas tuvieran dos nombres, como Leví – Mateo o Natanael – Bartolomé. Además, entre los nombres derivados de Joiakim se encuentra Eliakim, que abreviado sería Eli (o Helí): ambos nombres significan Dios levanta o establece. Como último argumento, Drach cita un pasaje del Talmud contra la madre de Jesús, donde la llama “María hija de Heli”, corroborando que la genealogía que ofrece Lucas es la de Jesús a través de su madre.
Don Joaquín Paniello, sacerdote