Durante las próximas semanas, los judíos celebrarán algunas de las fiestas más importantes de su calendario. Con la caída del sol del día 15 de septiembre (1 de Tishrei en el calendario judío), recibirán el Rosh Hashanah, el año nuevo judío. Esta fiesta dura dos días y en ella se conmemora la creación de Adán y Eva, el primer hombre y la primera mujer según el libro del Génesis.
Es una práctica tradicional de esta fiesta hacer sonar el shofar, el cuerno de carnero. Como para otras celebraciones judías, las familias se reúnen para una comida de fiesta con alimentos tradicionales, como las manzanas untadas en miel (para desear un dulce año nuevo).
Los diez días que siguen al Rosh Hashanah son días de arrepentimiento y terminan con el Yom Kippur, Día de la Expiación, que este año comienza con el atardecer del 25 de septiembre. Esta jornada es conocida como el “Shabbat de los Shabbats” y no está permitido trabajar. En Israel, sólo los servicios de emergencia y de seguridad funcionan en Yom Kippur. Es un día dedicado al ayuno, la oración y el arrepentimiento por los pecados cometidos durante el pasado año. Para los judíos menos practicantes suele ser el único día al año en el que asisten a un oficio religioso en la sinagoga.
Apenas cuatro días después de Yom Kippur, la tarde del 29 de septiembre, comienzan las fiestas de Sukkot, también conocidas como de los Tabernáculos, pues recuerdan los años que el pueblo de Israel pasó viviendo en tiendas mientras cruzaba el desierto desde Egipto a la Tierra Prometida. Por eso, muchos judíos celebran estos siete días comiendo y durmiendo en una tienda (sukkah), que montan en su jardín o terraza.